El norte de Vietnam aplacó el aliento del dragón con los trekking por los arrozales y el loop en moto por las montañas.
Conocí a Clémence, una nómada digital francesa. Perdí un fleje y compré dos de lunares verdes. Una vietnamita trasformó el bolso de Laos en mochila. Me reencontré con mi pasión argentina y su papá que avivó la curiosidad por el vino de Mendoza. Tres rapaces vinieron a saludar. Abracé a dos vietnamitas. Paseé por estanques cubiertos de flores de lotos. Vi tres ratas cruzar la calle mientras mordía un spring roll. He jugado al póker, al hijoputa, al uno y a la brisca sin recordar muy bien las reglas.
~
El centro de Vietnam regaló baños en el mar del sur de la china para contrarrestar los Dracarys que volvieron con extrema dureza. Bebimos siete neipas y envié cuatro postales. Conocí a una brasileña que vivía en Australia y que visitó Jaén en una ocasión. En Hue quise perderme pero siempre había un vietnamita que me reubicaba. Almorcé hummus con aceitunas negras y quinoa tricolor. Actualizé la serie numérica del iPhone, desapareció el lumbago y volvió la práctica completa por una semana.
~
El sur de Vietnam trajo tormentas tropicales al medio día. En Da Lat me resfrié. Con el frío de la montaña saboreamos los hot pot veganos cada día. Entré en uno de los túneles de cu chi y respiré hasta cinco. Un pantalón corto verde mint me acosó psicológicamente durante un día. Medio kilo de pelo blanconegro se quedó en una peluquería de Saigón. En el almuerzo del sleeping bus una vietnamita joven se fascinó con mi nariz y compartimos trozos de nuestras vidas.
~
En estos treintas días he superado un par de obstáculos que han aportado cierta tranquilidad al ahora y se han abierto otros nuevos que están en proceso de desarrollo. Su historia de vida me ha conmovido y he logrado ver en su renacimiento la posibilidad y el cambio para inspirar mi presente. En el aeropuerto cientos de libélulas acudieron a despedirse y en su vuelo se llevaron lo pequeño y la singularidad, dejando espacio para apostar por lo grande y la pluralidad. Benditos desafíos.