Mastroianni nos recibe con un gran abrazo verbal y un brillo de ojos que atrapa. Nos dejamos llevar hacia la mesa al fondo del bar. Un canal de television gallega ofrece el parte diario que sobrevuela la sala buscando oídos que contaminar.
El campo base se difuminaba en la madrugada mientras el Toyota le robaba km a la carretera de curvas. Como despedida, un cielo estrellado para guiarnos del este hacia el oeste. Allí donde se pone el sol.
Es tan confortable la melodía que emerge de la Nina Simone instalada en el techo de la habitación que salir de la cama temprano se ha vuelto una odisea. El mandala multicolor tejido en lana por Georgina te atrapa en su baile hipnótico y despierta la creatividad bajo las sabanas de coralina.
La lista de música de Bath embrujaba nuestros sentidos mientras hacíamos kilómetros por puertos de montaña ya conocidos. La oscuridad reinante en el lugar ocultaba el desfiladero por el que rodábamos mostrando las siluetas de las paredes de roca caliza.
El insomnio sorprende de madrugada y aprovecho para jugar con el torrente de pensamientos despiertos como si fueran las piezas de un puzzle a construir. El silencio de la noche es roto por el viento que se cuela por el ventanuco de encima de la puerta. Otro día más de levantera.
Quiso una abeja colarse entre las cuentas del japa mala para encontrar su muerte mientras yo colocaba un par de calabacines en la bolsa de la compra. Durante un breve instante quedó prendida de un finísimo hilo que la unía al aguijón que enterró dentro de la piel de mi muñeca izquierda. Y allí colgada sin vida se dejó zarandear por los movimientos inconscientes de mi brazo mientras el veneno se iba esparciendo por todo el cuerpo.
Manué nos recibe con la misma alegría como si nos hubiera visto ayer y un residente de la zona se empeña en invitar la ronda a modo de bienvenida. Nos encontramos con dos espacios al frente para saborear la primera puesta de sol. Es temporada de volver.
/>Una ventana se abre y una voz en off pregunta, Alexa, va a llover hoy? La niña de siete años observa tras el gran ventanal los rayos de sol que acarician levemente el césped artificial del jardín. Hay un treinta y dos por ciento de probabilidad de lluvia para el día de hoy, responde Alexa. Hoy no se sale que va a llover, dice la voz en off.
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