274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nTailandia no formaba parte de la ruta de este viaje ‘Around the Wordl’. Se coló por cuarenta y tres euros en la mochila desde Manila. Brindamos con alegría con la ultima San Miguel grande por este inesperado destino un mes antes de la partida.

En Bangkok restamos cinco kilos de las mochilas y sumamos dos de la nueva mat. Envié seis postales. Recibí bendiciones para una larga, saludable, feliz y próspera vida. Comimos un brownie de hierba recién legalizada. Bebimos un par o más de neipas. Caminamos lento por la caótica ciudad. Recuperé la disciplina de mi sadhana. Nos enganchamos a la serie ‘The lot of us’. Recibí ajustes muy sutiles en Tailandés. Alargamos la estancia en el romance hotel. Nos desconectamos por completo del viaje.
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En Koh Kood. un budha dorado de treinta metros de altura nos dio la bienvenida. La pick up cincuenta y dos nos recogió en el puerto. Dos amigos perrunos me acompañaron en la práctica matutina. Coleccioné Pad Thais, mango sticky rice y snack green peas. Jugamos a cazar el sol en los sunset. Bebimos siete Leo y dos Chang. Escribí nueve hojas en la libreta. Saludé al sol en la playa al amanecer. Vivimos slow. Dormimos con la puerta abierta enfrente del mar por tres noches. Recibimos un masaje Thai. Abracé a dos árboles sagrados.
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Definitivamente Tailandia se ha convertido en un campamento base. El agua y la tierra han confluido amigablemente y se han creado nuevas formas de vivir viajando. Hace días que siento muy presente la sensación de dicha, bienestar y plenitud que habita en mi y que envuelve a mi vida. Bendito sea el contentamiento de estar viva.