274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nDos meses de island hopping por Indonesia y la isla de Flores se coloca en el top one.

Allí descubrí el firmamento del hemisferio sur. Pude ver al dragón de Komodo. Me bañé en una playa rosa. Bebí dos neipas y dos Ipas. Nadé con el pez león y el pantera aflamencado, con estrellas y almejas. Construí futuro con el resurgimiento de un sueño aletargado. Coleccioné los saludos de su gente. Recogí cientos de sonrisas de vuelta. Fotografié con los ojos la naturaleza salvaje que la envuelve. Subí a la cima de un volcán y me deslumbró el color de sus lagos sagrados. Caminé por cinco de las diecisiete islas paradisíacas y desiertas. Visité un poblado Ngada donde las casas tienen vida masculina o femenina. Conocí la cueva del homo floresiensis. Y en esta isla, me enamoré de Carleta y su familia.
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Nada más llegar a su homestay nos estrechó la mano a ritmo de ‘nice to meet you too.’ Después de guiarnos a nuestra habitación marchó a jugar con su oso de peluche al jardín. A las siete, la familia se reunió para rezar y Carola, la hermana mediana leyó fragmentos de la biblia. A las ocho cenamos juntos la comida que preparó Carlin, la hermana mayor. Carleta se quedó durmiendo y su plato cayó al suelo. El abrazo de su madre sostuvo su verguenza con amor y compasión. A la mañana siguiente, se vino a la mat y practícamos juntas en el salón. Después del desayuno improvisó una ruta por el banana garden y comió flores silvestres. Se duchó con agua fría y arregló cómo pudo las marañas de su pelo con un peine amarillo. Se quiso venir en la moto pero la próxima semana comenzará en el kindergarten. En la despedida lanzó besos y sopló un billete de vuelta directo al corazón.
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Recuerdo que a Indonesia llegué por una saturada isla de Bali, perdida y desorientada. Ahora, me marcho por la acogedora isla de Flores, encontrada y centrada. Ha sido un tiempo de continuos despertares que han desestabilizado el mundo interno. Un tiempo de observar la diversidad desde otra perspectiva. El hinduismo balines, el islam de Lombok y el cristianismo de Flores. Asi emergió el contentamiento por el simple hecho de ser, se reafirmó la confianza en lo supremo, se intensificó la devoción a la sadhana, se cultivó el amor hacia una misma. Comprendí que lo hermoso de viajar es la transformación constante. Bienvenida siempre.