274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nInhalo por la nariz. Exhalo por la boca. Inhalo intenso. Exhalo largo. Inhalo. Exhalo. In crescendo con la música.

Después de una honda exhalación unas tímidas carcajadas derriban las puertas del inconsciente y una explosión de llanto inunda la yurta. Inhalo por los pies y exhalo el aire por el centro del pecho en forma de corpúsculos de luz. Uno de ellos se marchó al olivar alumbrando la noche oscura. Allí descubrió que podía tocar las notas musicales que emitía un carrillón de viento y oler las estrellas ocultas tras las nubes. Bendito aire que renueva.
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Tras una prolongada exhalación las dos protuberancias que antaño me inquietaban se transforman en un par de aletas e instantáneamente mi cuerpo se cubre de escamas. Inhalo y exhalo por paraísos oceánicos al encuentro de la voz propia. Al querer emular el canto de las ballenas jorobadas burbujeo un chillido ronco, haaaalúúúúúúúú, que derriba el antifaz sobre los ojos dejando al descubierto un cardumen de peces que tejen una red a mi alrededor. Bendita agua que despierta.
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La invitación requería llevar ropa clara y usar una máscara blanca. Tres rotuladores sellaron los ojos, la nariz, la boca, los oídos y la garganta dibujando caminos en zig zag desde la coronilla al mentón. Con una enérgica inhalación tenso la goma entre las orejas y al exhalar sostengo las embestidas de los vértices picudos que maquillan la máscara. Encamino los pasos ciegos hacia el calor de la hoguera que derrite la goma dejando caer la careta a las brasas junto al resto de máscaras invitadas. Bendito fuego que transforma.
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La tormenta descargó litros de lluvia en el interior de las botas y contra todo pronóstico volví descalza a casa. El barro se sintió fresco filtrándose entre los dedos de los pies. Camino despacio, inhalando, un paso, exhalando, otro paso, permitiendo que el fango suavice la nueva piel. Al alcanzar el centro de la espiral se germinó la semilla que un día fue tatuada cerca del esternón. Tras una amplia exhalación desperté en el interior de un castaño centenario cuyo tronco estaba abierto. Bendita tierra que nutre.