1 taxi, 3 aviones, 1 tren, 2 buses y 800 km en coche. El Indira Gandhi nos da la bienvenida con la cancelación del vuelo programado.
En la fila alborotada dos señoras mexicanas ruegan con volver a su centro de meditación mientras un joven colombiano llama a su agencia suplicando un nuevo billete para no perder la conexión con el vuelo a su país. Los carros con maletas circulan aturdidos detrás de las azafatas con traje azul. Un chico indio eleva el tono de voz exigiendo una explicación y resignado opta por irse a casa. El resto somos hacinados en un bus y enviados a un hotel. Esa noche dormimos entre dobles almohadas de plumas soñando que todo va a salir bien. Somos los segundos en facturar las mochilas al día siguiente y enjuagamos nuestros temores con una jarra de cerveza para celebrar por fin el despegue.
A la salida del aeropuerto de Amsterdam una familia con una pancarta de welcome at home en colores del arcoíris bloquea nuestro camino y por unos instantes me enredo en ella y siento el abrazo de los míos. Sonrío y doy pequeños saltos de alegría hasta que Carles me saca del espejismo. A los veinte pasajeros que conformamos el siguiente vuelo nos separan para equilibrar el avión y cubrimos nuestros cuerpos gélidos con un halo de tristeza.
Una becaria cordobesa hace sonar sus tacones por los desolados pasillos del aeropuerto de Málaga y atónitos miramos a nuestro alrededor sin encontrar vestigio alguno de presencia humana. En medio de ese escenario distópico nos preguntamos por cuál puerta aparecerán los zombies. A lo lejos se escucha el sonido de una cinta de equipaje que apura sus últimas vueltas con una maleta roja. La mirada del apocado guardia de seguridad nos revela que los zombies somos nosotros. Las gaviotas malagueñas no vienen al despertar y nuestros cuerpos se resisten a la distancia de seguridad. Un bus dirección Jaén para dos y lágrimas contenidas a mogollón. Mis padres esperan en la puerta de casa, con miradas emocionadas y el corazón encogido. Ellos son, ahora sí, mi anhelada pancarta de bienvenida.