Sin vuelta atrasEs tan confortable la melodía que emerge de la Nina Simone instalada en el techo de la habitación que salir de la cama temprano se ha vuelto una odisea. El mandala multicolor tejido en lana por Georgina te atrapa en su baile hipnótico y despierta la creatividad bajo las sabanas de coralina.

Como efecto secundario la mat se despliega a horas intempestivas sobre la madera y parece ser que ha perdido cierto protagonismo en estas semanas. Hay mañanas que luce estirada frente a la ventana recargándose a través de los rayos de sol invernales. Sorprendentemente todo sucede sin queja, sin juicio y sin drama.
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Mientras ella se nutre de vitamina D yo me siento con la espalda apoyada en la rocket stove y lanzo la mirada al frente, hacia el ventanal que hace de pantalla de cine. Así inicio el viaje hacia chidakasha, ese espacio de consciencia sin límites que se despliega ante los ojos, donde todo es abrazado, donde todo es recibido con ecuanimidad. El agradecimiento se desborda por los límites ininteligibles de ese espacio de amor y compasión. El corazón se ensancha, los pulmones se oxigenan con prana puro, el espacio entre las vértebras se acrecenta y una amplia sonrisa se dibuja en el centro del pecho.
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Las diferentes tonalidades del verde me traen recuerdos de los paisajes de la ciudad de Bath. La ropa distribuida en cajas de almacenamiento sobre la estantería me acercan a mi adorable floki. El horno a gas y el agua fría del baño es un tremendo guiño a Conil. El descubrir la espiral del plato en el almuerzo me transporta hacia la noche del beso y la lechuza de hace casi siete años. La marmita de infusion de ginger nocturna me traen al presente el pueblo de Pai, en Tailandia. El silencio del lugar y la soledad de los meses de invierno conecta con el confinamiento vivido en el campo base. La alimentación vegetariana fijada en la India es ratificada cada día. La sostenibilidad y lo ecológico del lugar me hacen revivir los días en Sadhana Forest, en Auroville.
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Y así se fueron hilando las redes para construir esta mágica espiral de vida. En los primeros días llegó la comprensión de que todo lo vivido y experimentado en nuestra etapa de vida ha sido parte de un training para llegar hasta aquí. Así nos fuimos entrenando y construyendo de a poquito y con mucha paciencia el camino para materializar uno de nuestros sueños. Y me salta en la memoria un mantra que me acompañó durante una parte de mi vida, ✨si lo crees, lo creas✨