274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nA la salida de la estación de tren de Agra nos recibieron decenas de señores indios ofreciendo su Ricksaw a precios desorbitados.

Después de veintiún ‘no, thanks’ y una aturdida huida nos encontramos con Asif, un joven indio algo tímido y apocado que sin ofrecernos nada se convirtió en nuestro driver por unos días. Nos llevó al sunset con vistas a una de las maravillas del mundo y después a un supermercado a comprar víveres para el desayuno. See you tomorrow, Asif.
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A las seis menos diez de la mañana del día siguiente nos esperaba en la puerta del hotel. Condujo despacio por las carreteras semi desiertas y nos acercó lo máximo posible a la entrada este del recinto. Casi nos explota el corazón cuando nos solicitó algo menos de un euro por el viaje. Le doblamos el precio más un extra de nocturnidad y le invitamos a disfrutar de un día libre. Sus ojos aunque encerrados tras unas gruesas gafas, destellaron en la oscuridad que nos envolvía y un pizca de sonrisa delató su felicidad. See you tomorrow, Asif.
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Ese dia obtuvimos entradas gratis, un amanecer épico y un cielo azul impoluto que otorgó de cierta majestuosidad a la belleza singular del TajMahal. Los abrigos que nos protegían del frío se desplomaban conforme el sol ascendía y paseabamos descalzos conmovidos por la energía del lugar. Un ajetreo fotográfico nos sorprendió y tropezamos en el encuadre de otra pareja a la par que ‘Collons, dale al botó’ rompía el silencio de la sala y el encanto del momento presente. Asif nos devolvió a la estación de tren a la mañana siguiente y con una intensa sensación de dicha y plenitud nos abrazamos al ‘See you next time’ con el que nos despedimos.