274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nDos vacas, la hippy y la punk, nos dan la bienvenida a la pequeña ciudad sagrada de Orchha. Hace miles de años en el palacio vivía una reina devota de Lord Rama que quiso construirle un templo para adorarlo.

Mientras lo construían puso al ídolo en el palacio y una vez terminado no pudo desprenderlo y allí se quedó, convirtiendo al palacio en el único lugar donde se adora a Lord Rama como rey. Desde entonces, miles de peregrinos acuden con entusiasmo para ofrecerle su más pura devoción.
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A la entrada del templo senti un tirón en el brazo. Al volver la vista encontré a Radhika, una niña pizpireta con pelo recogido en una cola que quería marcarme con el símbolo de su fe en el centro de la frente. Money, money, me rogó. Ante mi dolorosa negativa cambió la súplica a Chocolate, chocolate. A la salida vamos a comprarlo, le dije algo avergonzada. Arrojó una gran sonrisa y corrió hacia la pandilla de niños que mendigan en los alrededores del templo para ser la envidia del momento.
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Después de la visita no pude encontrarla. Compré algunas chocolatinas y la busqué durante varios días sin éxito. Al cuarto día solté la búsqueda, tomamos una cerveza, disfrutamos el sunset en el río y vimos una boda con guardias de seguridad armados con metralletas. El último día, al cruzar la calle para tomar el rickshaw a la estación de tren, Radhika me reconoció y corrió hacia mi. Tomó la chocolatina que saqué nerviosa de la bandolera y desapareció entre la multitud dando saltos de alegría.
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En estos días me sobrevino un ligero lumbago que vino a recordarme que hace unos años se desprendió la fachada que recubria mi cuerpo y desperté al estado de ser que mantenía oculto. Terminó la mentira y comenzó la verdad. Ese recuerdo de antaño llega con mucha menos carga emocional y mucho más espacio para la sabiduría. Al introducir la mano en la bandolera tropiezo con una chocolatina que coloco entre dos trozos de pan y doy saltos de alegría hacia mi templo interior.