274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nEn el último tren sustituimos las literas por asientos abatibles dobles. Observamos sorprendidos como pasaban la fregona en cinco ocasiones por el pasillo y no encontramos ningún papel en el suelo.

Repartieron agua embotellada y a ratos se rozó el silencio en el vagón. La esperanza del si se puede. Nueva Delhi nos regaló unos achicharrantes cuarenta y cinco grados. Casi dos tercios de las neuronas tomaron vacaciones nada más llegar al homestay y se volvió una odisea la toma de decisiones. Una craft beer refrescó las ideas y un helado de pistacho y halzenut resistió el embiste del aliento del dragón antes de la siesta. Esa noche dormimos bajo un ventilador a potencia máxima.

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Al día siguiente un templo Bahai nos cobijó durante horas. Las flores de los jardines crecían libres de plásticos. Caminamos en filas ordenadamente y meditamos dentro de una flor de loto con nueve hojas. Al anochecer un tuktuk liderado por una mujer nos acercó a una village con callejuelas repletas de galerías de arte, tiendas de jóvenes diseñadores y clubs nocturnos. Un grupo de jóvenes mujeres con sari y zapatos de tacón en la mano se afanaban por encender sus primeros cigarrillos. Olvidamos la mochila donde Carles dejó los rizos y a la vuelta dos chicos en moto quisieron arrancarme la bandolera sin éxito alguno.
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El Uber al aeropuerto nos recogió con quince minutos de antelación y fuimos a saludar a la royal enfield que cuatro años atrás nos alegró la amarga despedida. Dos películas, un almuerzo a las ocho de la mañana, once hojas escritas en la libreta, un par de cabezadas y siete horas después estiramos las piernas en Estambul. Una mujer explicaba con un descomunal ceceo las dificultades para casarse con su amante turco. Una deslenguada chica mostraba su reciente cirugía plástica por videollamada. Una estresada joven consiguió cerrar dos seguros de coche antes de volver de vacaciones. En el coche de camino a los orígenes un cielo azul intenso con nubes blancas nos devolvió la motivación para sostener la vuelta al campo base.