La hospitalera improvisó un menú para la peregrina italiana que le provocó un mar de lágrimas de agradecimiento. Reconoció el libro de Cocina botánica y encumbró a Carlota como la mejor chef vegana.
La americana se torció el tobillo y envió a un amigo en su lugar. Así conocí la música country y al rey del rock and roll. El peregrino alemán pidió pantuflas tras dejar sus raídas botas en la entrada. Le enseñó su primer tatuaje a la hospitalera y caminó feliz al día siguiente bajo los rayos del sol tras semanas de lluvia, viento y nieve.
~
Una americana quiso hacer el camino con su hermano pero éste cambio de planes a última hora. La habitación doble se transformó en triple y entre risas las tres amigas que se acababan de conocer repartieron las camas. Los peregrinos españoles llegaron, como viene siendo habitual, fuera del horario del check in en su primer día de camino. Al despertar el señor puso la radio y toda la aldea pudo escuchar la noticia de que el papa había fallecido.
~
La pareja de coreanos pidió secador y calefacción extra para sofocar su gélido interior. Con los australianos brotó una conexión inmediata y firmaron un acuerdo para intercambiar sus casas fuera de temporada. Durmieron con la ventana abierta para envolver los sueños con la quietud del lugar. Desayunaron junto a la pareja alemana y la canadiense como una gran familia. Una hora y media después se despedían de Gracie y marchaban sin saber si el camino les volvería a reunir.
~
El hospitalero preparó los tres maceteros, mezcló las flores y los colocó en la entrada, donde el sol permanece quieto la mayor parte del día. Parece que la temporada de heladas ha llegado a su fin, pensé alegremente. Todo sienta mejor con geranios a tu alrededor. Alcé la mirada para contemplar como el cielo y la tierra hoy caminan juntos. En este día auspicioso lo que se inicia lleva la vibración de lo eterno. Atrévete a comenzar, le susurré a la hospitalera mientras desayunaba.