274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nEsta luna llena eclipsada se cuela en la madrugada por la ventana y otorga de una brillante luz a la oscuridad mental. Emergen construcciones simbólicas fieles al estilo junguiano que generalmente escapan al entendimiento más racional.

Se despierta entonces la confianza hacia lo intangible, hacia aquello que no puedo ver, oler, escuchar, saborear ni tocar, aunque si intuir que está ahí.
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Dos peregrinas londinenses me colocaron en la línea del tiempo entre el pasado, presente y futuro. En nuestras conversaciones hubo anécdotas de lo que fui, y visualizaciones de viajes a futuro. El presente que compartimos fue rico en valentía, aderezado con una presencia noble y mucha escucha activa a pesar de estar rodeadas de tres caballos salvajes dando coces todo el rato y cinco peregrinos españoles que cambiaron la cena por una partida interminable al cinquillo.
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Un peregrino Ítalo-argentino llegó casi al atardecer, descalzo y sin móvil. Su sonrisa delataba una bondad infinita que derrochó generosamente en las menos de veinticuatro horas que estuvo aquí. Sacudió el polvo de la guitarra y los acordes se filtraron por las ramas de los castaños del bosque que esa noche durmieron con una nana de fondo. El poder del ahora estuvo presente en nuestra conversación y a la mañana siguiente encontré una cuchara de madera handmade junto a la honesty box.
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Un peregrino americano con corte de pelo militar se equivocó de camino y anduvo unos ocho kilómetros de más para llegar aquí. La craft ecological beer le quitó cualquier resquicio de frustración y tumbado en la hamaca depositó los pensamientos en su bitácora. Alabó la comida vegana y preguntó dónde estaban los vecinos. Alli entre los castaños y los yuyos del bosque, contestó Carles. Quedó enamorado del silencio que todo lo habita en este lugar y durmió agradecido y feliz arropado por el ulular de la lechuza.
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Y así nos vamos compartiendo y enriqueciendo entre todos. Sembrando y recogiendo. Dando y recibiendo. Todos los días la misma rutina, dentro y fuera de la esterilla, y no hay un solo día que sea igual al otro. Será el caos estelar que alumbra lo oscuro e intensifica las emociones. Como consecuencia se triplica la felicidad, y fue en savasana cuando llegó el insight, son los desafíos disfrazados de obstáculos los que alimentan mi estado de bienestar. El renacimiento está al otro lado del miedo, you know.