274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nAcá la intensidad oscura. En lo buenos momentos y en los no tan buenos. Hace días que se siente la poderosa energía del universo. El canto del gallo hoy despierta más temprano de lo normal.

Unas gotas de sudor prendidas en el cuello delatan el fuego interno generado en el silencio nocturno. Hoy el cuerpo se volvió algo más ligero aunque la sensación de pesadez aún se siente cercana.
~
Su mochila llegó antes que ella. Era pequeña y llevaba dos sticks. Horas más tarde encontré a su dueña, una peregrina mexicana, en el dormitorio comunitario admirando la obra de arte. La invité al bosque, abrazó a Gandhi y terminamos conversando en la cabaña frente al huerto. Estaba muy emocionada por la experiencia, en unos días se reunía con su hija para llegar a Santiago juntas. Tiene problemas en las rodillas y no puede cargar la mochila. Un destello de frustración aparece en sus ojos, al compartirlo. Ahora, camina tranquila, ligera de equipaje, escuchando a su cuerpo y aceptando su momento. Sus hombros también se lo han agradecido.
~
La mochila del peregrino americano no llegó hasta las cuatro de la tarde, después de reclamarla un par de veces a la compañía. La espera la pasó sentado en una silla al sol en el jardín. Me contó que hace cuatro años estaba listo para el camino pero una cicatriz de unos 15 cm en el centro del pecho se lo impidió. En su tercer año también estaba listo pero el centro de la garganta se le reveló y le marcó esta vez con una cicatriz pequeña. Y luego llegaron los dos años de la pandemia. Ahora, camina muy despacio, respetando su ritmo y parando de a poquito para recargar energía. Su corazón también se lo agradece.
~
Y así, en el camino se va soltando lo que no nos pertenece y aceptando lo que si. Se van abandonando las responsabilidades asumidas por defecto y por exceso. Generalmente, es el cuerpo que se planta y solicita a gritos el descanso merecido. La mochila resbala de los hombros y cae al suelo. Con lágrimas en los ojos se sigue haciendo camino, hacia adelante aún con la mirada puesta en lo que se deja. Cuando descargamos los deberes empieza un camino más liviano. Bienvenido seas.