Encontré un par de peregrinos españoles en el welcome a la hora de la cena. Llegaron sin mochila y con una viera colgada del cuello. Las gotas de sudor aún brillaban en la frente de uno de ellos. El otro se desplomó en el sillón aplastando a la pequeña lechuza.
Hay un problema con la reserva, me dijeron nada más verme. Yo he pagado por una habitación triple con baño privado. Tras un largo debate aceptaron como válida las literas que habían reservado en la habitación comunitaria. Durante la cena expusieron su catálogo de quejas al menú vegano, el cual mantuvo su protagonismo en todo momento por el resto de peregrinos. Niña, me pones un whiskey solo? Porque el whiskey es vegano no?
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Una peregrina coreana quiso hacer uso de la cocina. Lo siento, la cocina no es comunitaria, contesté. Ah, compré unos huevos, te importaría hacérmelos tu? El albergue es vegano, nada de alimentos con procedencia animal. Mientras hacía el check-in al peregrino alemán ella sacó de su bolsa un yatekomo de pollo que se comió sin rechistar y sin respetar el eco lifestyle del albergue. Al día siguiente encontré media docena de huevos al lado de la cama donde durmió.
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Al leer los reviews en las redes, ocasionalmente me encuentro con alguna crítica gratuita. Dueños indiferentes, pésima ubicación, arañas no veganas, lejos de la ciudad, mal señalizado, son un ejemplo de ellas. Afortunadamente son una minoría, aunque cuando se da el momento siento cómo y dónde nace el impulso para responder y entrar en el juego de la defensa y el ataque generado por los egos. En contraposición, llevo la atención a la respiración y cuando la inspiración llega a su punto máximo empiezo a soltar y a dejar ir las palabras, los pensamientos y las sensaciones que se amontonan en mi interior.
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Ahora, con la luz de la consciencia como guía entiendo que el silencio y la no acción pueden ser la mejor respuesta frente a este tipo de situaciones. Y así voy haciendo surco en esta espiral de la vida que el camino me brinda cada día y me voy despidiendo de todo aquello que no quiero que habite en mi piel.