274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nHace siete años desperté muy temprano en el albergue a unos veinte y pocos kilómetros de Santiago. La emoción me hizo caminar con brío a pesar de la lluvia constante. Tras un breve descanso en Monte de Gozo desplegué las alas para llegar a la plaza del Obradoiro.

Su primer atisbo no fue visual sino sonoro, bajo el arco de la entrada, la melodía del gaitero erizó cada milímetro de la piel, siete pasos más y boommmmm, un tropel de lagrimas anegaron los ojos a la vez que una gran sonrisa se dibujaba en el rostro. Seguí caminando hasta que nuestras miradas se cruzaron y volé a su encuentro. El peregrino deslizó sus manos con soltura entre mi espalda y la mochila y nos fundimos en un abrazo infinito. A las dos semanas de aquel día, una peregrina italiana envió al peregrino una foto de aquel mágico momento.
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Hace unos días volvimos a Santiago con el propósito de cerrar una etapa. Nos dio la bienvenida un hermoso día de sol y tras un excelente lunch vegano dirigimos nuestros pasos hacia la plaza del Obradoiro. La melodía del gaitero volvió a avivar las emociones, nuestras manos se juntaron y los rayos de sol nos guiaron al centro de la plaza. La energía del lugar cosquilleaba la planta de mis pies y de mis manos y hacían brotar lágrimas y sonrisas al unísono. Se volvieron a encontrar nuestras miradas y nació otro abrazo infinito. Al poco se nos acercó un peregrino con gorro de lana, barba de muchos días y una réflex en sus manos. Nos enseñó la captura del momento presente mientras sonreía y me abracé a él embriagada por la emoción.
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El peregrino llegó caminando desde Sevilla y tomó una instantánea de Instagram para enviar la foto. Nos contó que era de Polonia, caminaba con su tienda y dormía en la naturaleza. Y que never, never volvería a hacerlo. Para qué volver a aquí si el mundo está repleto de caminos por descubrir, nos dijo antes de desaparecer entre el grupo de peregrinos. Nosotros pusimos rumbo al cabo de Fisterra con la absoluta certeza de que este camino había llegado a su fin.