274180862 10160518798596318 3554556718334393128 nNada más llegar se aprecian las señales de ausencia del astro rey. Aunque en esta época se pueden encontrar a mitad de precio las cápsulas de vitamina D nosotros seguimos apostando por el boleto de avión y decidimos reforzar la energía con una dosis extra de Ashwagandha y una tableta de raw chocolat con sal del Himalaya. We are ready to go!

En uno de los tropecientos markets repartidos por la ciudad nos saludan a ritmo de ‘Hello there’ mientras nos ofrecen una gorra tipo Peaky Blinders a cincuenta pounds la prenda, sin las cuchillas escondidas en los pliegues de la visera, nos explica el dependiente que bien podría pasar por uno de los hermanos Shelby. A nuestro lado un chico de piel oscura cepilla veintisiete veces su cabello casi inexistente antes de probar la admirada Peaky Blinders. Om my gosh!
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Una chica saxofonista improvisa concierto en una plaza cualquiera. Caen rendidos a su música un grupo de jóvenes que bailan entusiasmados ajenos al frío polar que envuelve al espectáculo nocturno. Una de las chicas saca de su pantalón lo que parece ser el teléfono y se acerca a lugar donde se recogen las tips. Pasa su móvil por el datáfono y vuelve sobre sus pasos al círculo de baile. Alcanzo a ver la funda de saxofón vacía en el suelo esperando recibir alguna que otra moneda. What the fuck!
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Las crestas infinitas de los punks se acompañan de trozos de cartón viejo con las palabras money y drugs dando forma a una petición comunitaria. El Brócoli man expone sus obras en la calle y mirar hacia arriba se convierte en un juego desafiante para encontrar el significado de su obra. Una chica corre a gran velocidad tras un crazy rider por mitad de la calle. Unos segundos antes caminaba tranquilamente WhatsAppeando con una amiga. This is the big city, baby!
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En el bullicioso mundo bajo tierra, un señor de barba canosa dispone sus manos en el regazo, una encima de la otra con las palmas hacia arriba y une sus dedos pulgares, entorna sus ojos y dibuja una media sonrisa en su rostro sereno. Se mantiene ajeno al vaivén del vagón, a las conversaciones de los vecinos, al abrir y cerrar de puertas, a los mensajes de megafonía. Recibo su llamada y me conecto en su estar para poder llegar a transcender las apariencias de este lugar y alcanzar el estado de calma natural anhelado. God save this moment!.