Los miércoles y viernes tengo una cita online antes del amanecer. One year ago, desde que empecé a usar auriculares, cruzar las piernas, escuchar, y dejarme llevar por la experiencia.

Hay días que voy con sueño, otros con pereza, desidia o incluso hay días de no poder llegar. Siempre hay un antes y un después en esa cita, y algo que se repite en cada una de ellas.
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En la cita de hoy no crucé las piernas ni conecté la cámara. Ajusté el volumen de los auriculares y comencé a recibir versos en sánscrito. No se cuánto tiempo pasó sin enterarme de nada; mi tarea consistía en traer la mente back, again and again. Gentilmente dejaba pasar las distracciones mentales e intentaba sostenerme a cualquier palabra que me resonara. Placer y Aversión. Allí me quedé en la escucha donde tomé consciencia de los mares que estaba surcando.
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No pude más que sonreír al sentirme navegando en esa dualidad lineal, celebrando la vida y llorando la muerte, sin consciencia alguna de lo absoluto, de la verdadera esencia que se mantiene imperecedera a lo largo de la vida. Pude observar el surco en el camino, las flechas amarillas y sentí como una de las hojas del árbol tatuado in the center of the chest se desprendía y comenzaba su vuelo hacia otro lugar.
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Hace dos días que soplé velas para despedir una década. Recuerdo cerrar los ojos y pensar, Qué deseas? Qué quieres para esta nueva vuelta? What would you like to improve? Apagué la radio y me limité a escuchar la respiración con el silencio mental como banda sonora. Esbocé una pequeña sonrisa y una fina corriente de agradecimiento inmenso por el momento presente emergió del interior y apagó la llama de las velas encendidas. Grateful and blessed, today and always.