The End

/> Desde hace días unas luces rosas de neón proyectan en la pantalla mental el ‘The end’ de esta etapa.

La desnudez

/> Hace seis años y algunos meses que devoré la saga prehistórica de Los Hijos de la Tierra con un interés creciente. La relación entre los neardentales y cromañones fue capaz de sostenerme en un momento dramático de mi vida. La protagonista, Ayla, me mostró la valentía, el coraje, la fuerza y la naturaleza salvaje que reside en nuestro interior.

Atardeceres

/> Cada día el reloj interno nos reúne a la puesta de sol. Cualquier espacio de este salvaje oeste sirve de escenario para despedir a lo solar. Nos embauca la sutil rotación de esta estrella aun siendo conocedores de que es la tierra que pisamos la que lo rodea.

un zorro

/> Dejamos atrás el pueblo de las casas de colores y a todas las personas hacinadas en sus playas para dirigirnos hacia algo más salvaje y natural. Cuarenta y cinco minutos conduciendo entre campos de maíz y quince por un camino parcheado hasta llegar a lo solitario. Nos saludan las dos únicas personas que encontramos en el lugar, unos pescadores que se retiran a casa con sus trofeos atlánticos.

Los inicios

/> Me ronronea el hecho de que septiembre sea un mes de inicio. A mi alrededor distingo algunos, aunque si tiro meses atrás también los encuentro. Los inicios. Durante una época los coleccionaba aunque la mayoría de las veces no los terminaba. Los finales. Sigo aprendiendo a encajarlos.

Sin vuelta atrasCa la Felisa se resiste a dejarnos entrar. La lluvia azota nuestros húmedos cuerpos y las horas de cansancio han consumido nuestra energía. De pronto, un golpe seco abre la puerta rompiendo el silencio de la madrugada en la calle y un frío ensordecedor nos da la bienvenida.

Sin vuelta atras1 taxi, 3 aviones, 1 tren, 2 buses y 800 km en coche. El Indira Gandhi nos da la bienvenida con la cancelación del vuelo programado.

Sin vuelta atrasEn la última desorientación por las callejuelas de la ciudad fui atraída por un exquisito olor y me colé en una tienda de especias de 2x2m. Una chica sentada en el suelo pesaba pequeñas bolsas de color negro y las colocaba en una caja de madera. Sus movimientos acompasados me atraparon hasta que un chico sonriente se plantó delante de mi.