A la playa desierta donde practicaba el do nothing llegó una familia de seis. A las dos mujeres los rayos de sol sólo le radiaban los pies y las manos. El resto de piel parecía tener prohibido la absorción de vitamina D.
Una nube negra nos recibió en Nusa Penida. No siempre fue la protagonista, a veces los rayos de sol marcaron un tiempo primaveral y extrañé la rebequita.
Los planes para Bali se quedaron atrapados en la cinta de equipaje número treinta y siete del aeropuerto. Seguramente aún sigan esperando que alguien los vaya a recoger.
Menos sol y más noche para hoy en este cambio de estación. Lo atípico es continuar con chanclas y vivir en un verano eterno.
De Junio a Agosto los cielos de Bali se tiñen de colores, negros, rojos, blancos como tributo a la trinidad Hindú.
Se hizo norma apagar el despertador antes que los pájaros arranquen a trinar. Al salir de la ducha las claras del día me dan la bienvenida entre los campos de arroz.
Ironman nos dio la bienvenida en el aeropuerto de Singapur y abrió la puerta de entrada a la cascada de cuarenta metros que conecta cielo y tierra. Recogimos la invitación al movimiento slow y caminamos hipnotizados por el bosque que rodea la cascada entre árboles, flores y arbustos.
El norte de Vietnam aplacó el aliento del dragón con los trekking por los arrozales y el loop en moto por las montañas.
© 2025 The Jumping Forest